En las últimas décadas, especialistas en medicina intensiva han comenzado a preocuparse por la calidad de vida de pacientes tras pasar por la Unidad de Cuidados Intensivos -UCI-. Resultados clínicos blandos, como se han denominado, pero que son trascendentales en la evaluación de la sobrevida de personas que han permanecido periodos importante en estos espacios de atención a pacientes con problemas de salud potencialmente mortales.
Investigaciones precedentes dan cuenta de que la permanencia en UCI genera lo que han llamado el Síndrome Post-UCI (PICS por su nombre en Inglés Post-Intensive Care Syndrome), que engloba una serie de efectos que pueden presentar las personas una vez que sobreviven a su paso por ella. Secuelas físicas, cognitivas y psicológicas que son bastante prevalentes. “Los trastornos del sueño son una de esas consecuencias después del alta hospitalaria, y se asocian con comorbilidades psicológicas como la depresión”, explica Leyla Alegría, MSc, Investigadora del Departamento de Medicina Intensiva Facultad de Medicina UC e investigadora principal del Foncecyt Regular “Impacto del uso de una intervención multifacética de control ambiental en la UCI para optimizar la cantidad y calidad de sueño en pacientes críticos” y quien levantó las alertas de que esta investigación necesariamente debía tener múltiples dimensiones, “desde el principio teníamos claro que esta estrategia tenía que tener varios componentes para poder impactar”, puntualizó.
Y es que el impacto en la calidad de vida de los pacientes con esta condición es el principal desafío que buscaba allanar el proyecto y desde ahí, es que se incorpora el académico de Diseño UC, Douglas Leonard, uno de los expertos más reconocidos de Chile en temas de iluminación y quien fue el encargado del diseñó de toda la dimensión de iluminación de la intervención para llegar a la propuesta.
“El proyecto en sí es una intervención multifacética. Tiene 3 dimensiones: El sistema de iluminación dinámico multiespectral, una intervención a nivel auditivo, que es básicamente es un enmascaramiento del sonido para “esconder” el ruido habitual de la UCI y, la tercera dimensión, involucra el recurso humano, que busca reorganizar las actividades de cuidado nocturnas que se dan en la UCI, creando una siesta de cuidados”, explica Leyla Alegría.
Por su parte, el profesor Leonard explica las características y ganancias que surgen a partir de la incorporación de estas tecnologías en el área de la salud, específicamente en los espacios UCI.
“Hoy es posible a través de una misma fuente de luz tener distintas posibilidad de espectro lumínico, lo que implica que en tiempo real podemos traer la composición espectral de la luz natural hacia el interior, lo que significa que uno puede modular el funcionamiento del led y puede sacar cualquier variación y espectro y eso nos va a llevar en algún momento a optimizar la producción de melatonina por ejemplo, a través de la manipulación de las longitudes de ondas lumínicas en el horario específico que logran ese fin”, detalló el académico de Diseño UC sobre el funcionamiento que modificará automáticamente el nivel de iluminación requerido para cada tratamiento y al mismo tiempo, reproducirá diferentes temperaturas de color para emular las condiciones de luz natural durante el ciclo día/noche.
El sistema será implementado en cuatro boxes de la UCI del Hospital clínico UC Christus y los resultados se monitorearán y registrarán por un periodo de 2 años. Las conclusiones del sistema se consolidarán en un documento que permita su difusión a través de diversas publicaciones científicas y exposiciones en paneles y seminarios.
