Los académicos Orlando Vigouroux como director y Alejandro Durán como Director Alterno, junto a los investigadores Camilo Meneses y Felipe Encinas de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, y Patricio Bertholet, de la Escuela de Ingeniería se han adjudicado el Concurso IDeA I+D Cambio Climático y Desastres Naturales en su versión 2019.
Con el proyecto SEISMO: instrumento de diagnóstico digital para el catastro asistido de daños estructurales durante la postemergencia sísmica el equipo se adjudicó el Concurso IDeA I+D CAMBIO CLIMÁTICO Y DESASTRES NATURALES.
El propósito de este fondo es apoyar financieramente la ejecución de proyectos de investigación científica y tecnológica, en todas las áreas de las ciencias que cuenten con antecedentes previos que sustenten una hipótesis de aplicación de una tecnología, producto o servicio, y que, con el desarrollo de la investigación logren su validación a través de una prueba de concepto a nivel de prototipo en el plazo de dos años.
Sobre el proyecto
SEISMO, es un instrumento digital de diagnóstico y catastro que permite realizar la primera evaluación de daños de las viviendas y estimar si es seguro que sus moradores sigan viviendo en ellas. Por medio de extrapolación didáctica proveniente de la propedéutica médica, el voluntario es consultado sobre “síntomas” en la vivienda, verificables visualmente sin conocer las causas o consecuencias en la edificación.
El usuario solo deberá realizar una revisión sistemática de una vivienda siniestrada, siendo guiado en el proceso para asegurar una revisión completa de los posibles daños enunciados por el sistema, y ante su aparición, el dispositivo realiza una evaluación automatizada de la gravedad de los daños, indicando con un margen amplio de seguridad, cuando la vivienda no esté en condiciones de ser habitada.
Basada en sistemas expertos de diagnóstico visual, la aplicación facilita la detección de los posibles daños que emergen en una vivienda dañada tras un terremoto. La persona no necesita un conocimiento experto sobre daño estructural, sistemas constructivos o solicitaciones mecánicas para obtener un diagnóstico sobre el estado de la casa afectada. Su funcionamiento está guiado mediante un modelo probit de funcionamiento estructural específico para cada sistema constructivo, el que en base a un algoritmo alimentado por la experiencia de expertos y voluntarios bajos simulaciones 3D, definirá el grado de habitabilidad de una vivienda.
Este instrumento busca levantar información de manera eficiente, rápida y precisa, con el fin de establecer la habitabilidad de una vivienda durante el periodo de alerta temprana, permitiendo a los estamentos pertinentes planificar en base a datos estratégicos post sismo y entrenar a voluntarios para futuros siniestros, simplificando el proceso de levantamiento de información por fichas, y entregando a su vez herramientas profesionales a los voluntarios.